Entrevista a Adelqui Silva

Con Adelqui Silva nos reunimos en dos ocasiones  en la Casa de la Cueca (Av. Matta con Carmen) con el fin de rescatar y diferenciar su trayectoria en dos de las agrupaciones más destacadas en las que ha participado: Pachuco y la Cubanacán y Los Rumberos del 900.

Adelqui Silva

Nos resultó de gran importancia su testimonio por varios motivos, especialmente porque fue contemporáneo a la formación de las orquestas que en los años ‘50 y ‘60 se tomaron las boites, radios y espectáculos, participando en la entonces “Cubanacán” a partir de 1955. Con esta misma orquesta trabajó con Pachuco (Roberto Fonseca) durante los agitados años de los ‘70 y ‘80, dejando una huella en los oídos y la memoria de las generaciones de esos tiempos y las posteriores.

Los rumberos del 900
Archivo: Tiesos pero cumbiancheros

Conocido por su talento musical, pero también por participar en una agrupación formada por retirados militares, se les reconoció como adherentes de la Dictadura. Este hecho se transformó en una dura carga con la que debieron luchar los integrantes ya que, según palabras de Adelqui “se le metió a todos en el mismo saco” sin considerar la postura individual y el trabajo que hacía cada uno. 

Primera fuente en la anécdota ocurrida en el escenario de la Quinta Vergara en 1986 donde al ritmo de "El Africano" la galería responde “que se vaya Pinochet” a la pregunta de “mami ¿qué será lo que quiere el negro?”, Adelqui nos contó la llegada, la transformación y apropiación de esta canción que se volvió en un himno de resistencia paradojalmente al prejuicio que se había establecido sobre la agrupación.

En la actualidad se desempeña como director musical y percusionista en los Rumberos del 900, agrupación que reúne a una gran número de músicos de las orquestas que dieron vida a la movida tropical en Chile. A partir de su experiencia pudimos hacer un recorrido por la historia de la cumbia en Chile y sus momentos cúlmines.  Reconocimos a los principales exponentes y el repertorio que nos hace mover los brazos (y ¿las caderas?) y sus influencias.

Traspasamos la frontera del tiempo y revivimos los días en que el baile y la fiesta se vieron ocluidos en la privacidad. Hablamos de ser trabajador, de vivir para trabajar, de callar. También de los años de esplendor, de luces, de televisión.

Si quieren seguir recorriendo en el trencito cumbianchero, lean la entrevista completa.